El Viernes Negro o Black Friday marca el inicio de las compras de Navidad.
El reloj marca las 7am y las puertas de almacenes Artefacta, en la avenida 9 de octubre, empiezan a abrirse. En los exteriores Rosa Castro espera para poder ingresar y adquirir un televisor de 32” que en los mostradores se oferta con un 35% de descuento.
En la misma calle, pero en almacenes Japón, Jesús Intriago cotiza junto a su mamá una lavadora. En este almacén los descuentos en línea blanca oscilan entre el 40% y 45%. Jesús cree que se ahorrarán al menos 200 dólares y no duda en cerrar la compra.
Por su parte, María Rodríguez está en el segundo piso de almacenes Jaher. Está buscando un acondicionador de aire. Llega a la sección y encuentra lo que busca, la rebaja del 50% la convenció. La compra se efectúa.
En los tres casos anteriores los compradores son diferentes y los atractivos son los mismos: los descuentos.
Pero, ¿qué hace que las ofertas del black Friday sean irresistibles? El psicólogo Miguel Silveira explica que el ser humano es un saco de deseos que piden ser satisfechos. “Parte de la felicidad de las personas se consigue con poseer, adquirir o comprar”, enfatizó, quien señala que el deseo de comprar se incrementa durante el viernes negro utilizando mecanismos psicológicos como: la escasez y el fenómeno de contagio.
“El principio de la escasez activa el deseo de comprar cuando se conoce que el periodo de descuento es limitado. Eso hace que la gente compre con mayor facilidad. Por su parte, el fenómeno de contagio influye al ver a tantas personas compartiendo sus compras en redes sociales o haciendo largas filas. Entonces nuestro cerebro se convence de que tanta gente no puede estar equivocada”, sostiene Silveira.
Édison Magallanes, administrador de almacenes Artefacta sabe que el viernes negro genera gran dinámica comercial y menciona que los electrodomésticos, principalmente televisores y lavadoras, son los productos más comprados. “Las ofertas son tentativas. Un televisor Samsung de 32” cuyo precio normal es de $ 650, en viernes negro vale $ 479. Y una lavadora que en un día común cuesta $ 615, en black Friday la encuentras a $ 470, explicaba mientras los clientes entraban y salían del local.
Para Boris Menoscal, asesor de ventas de almacenes Japón, noviembre y diciembre son los mejores meses del año en cuanto a ganancias. Al igual que en 2015, este año el Black Friday se trasformará en Black Weekend. “Nuestras previsiones para este año es mejorar las ventas en un 95% más que en meses anteriores y superar las ganancias de años anteriores. “Sabemos que un día se va muy rápido y no todas las personas alcanzan a comprar, por eso las ofertas se mantienen todo el fin de semana”. Explicó, mientras ayudaba a empacar un televisor de 50” que acababa de ser adquirido en efectivo.
María Rodríguez acepta que cuando ve la palabra descuento algo dentro de ella se activa y empieza a sentir la necesidad de obtener el producto. “No hay descuentos en todas las temporadas del año, y si los hay, no son tan altos. Es imposible ver un producto con el 70% de descuento y no considerar la posibilidad de adquirirlo, sobre todo si es algo que realmente necesitas”, explicaba mientras buscaba la tarjeta con la iba a efectuar el pago.
Jesús Intriago y Rosa Castro van contentos de regreso a sus casas, una lavadora y un televisor son los productos que compraron. Ellos al igual que María Rodríguez no dejaron ir al viernes negro sin aprovechar las atractivas ofertas. Los descuentos fueron los protagonistas de la jornada comercial.

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