martes, 13 de diciembre de 2016

Enfermedades cardíacas en los jóvenes

Por: Gabriela Chapin

Muchos jóvenes en la actualidad presentan graves complicaciones cardíacas, ya sea por la vida sedentaria que llevan o por problemas hereditarios. Así lo afirma el Dr. Jorge Toledo, cardiólogo del centro Médico Ecuasanitas, “Los jóvenes que sufren de enfermedades cardiacas, pueden desarrollarlas por cuestiones hereditarias, ya que sus progenitores sufrieron en su juventud del mismo problema o también por realizar actividades deportivas más allá del límite del cuerpo, exigiéndose demasiado y trayendo consigo complicaciones”.

Asi mismo, el Dr. Carlos Leyva, señaló que este tipo de enfermedades se están haciendo más comunes en los jóvenes menores de edad, por la vida sedentaria que llevan ya que no practican ningún deporte ni realizan alguna actividad física y psicomotriz.


Leyva recomienda realizar por lo menos dos a tres veces por semana algún tipo de actividad física, para evitar a futuro padecer de complicaciones cardíacas. Explica que las enfermedades cardiovasculares más comunes son la cardiopatía coronaria que ataca los vasos sanguíneos y a su vez al músculo cardiaco, tamnbien está la arteriopatía periférica que es una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan los miembros superiores e inferiores del cuerpo, cardiopatía congénita que son malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento, y la cardiopatía reumática que son lesiones del miocardio y de las válvulas cardiacas causadas por bacterias llamadas estreptococos, entre otras patologías.

Uno de los principales problemas del corazón en jóvenes es este grupo de enfermedades definidas por un conjunto de alteraciones del corazón como consecuencia de defectos en el mismo durante el desarrollo del feto. Es posible que sean detectadas durante el embarazo, aunque en algunos casos éstas pasan desapercibidas y repercuten en la salud de quien la padece más adelante; otra de las causas es el estado nutricional inadecuado de la madre durante el embarazo.

Karem Villamar, Estudiante de Economia de la Universidad de Guayaquil, fue una de las madres de familia que tuvo que pasar por un dificil momento cuando a su hijo recién nacido lo diagnosticaron con trasnposición de grandes vasos, una enfermedad cardiaca congenita poco común de la cual su hijo no sobrevivió.”Durante todo mi embarazo jamás tuve ningún tipo de sintoma donde mi Dra sospechara que mi hijo padecia de esta enfermedad, fue al momento de nacer que se dieron cuenta ya que no respiraba por si solo y tuvieron que llevarlo a terapia intensiva inmediatamente”.

El problema de estas enfermedades es que comúnmente no presentan síntomas desde el principio, y estos varían en función de la causa. Dentro de los síntomas que se presentan están la presión arterial alta, arritmias y colesterol alto.

Ricardo Castro, empleado de una Institucion Bancaria, padece de Hipertensión Arterial desde los 23 años. “Mi problema del corazón se debe principalmente a mi obesidad, a pesar que ya he bajado 30 libras aún debo seguir cuidándome, todo ésto acompañado de que mis padres tambien son hipertensos y eso influyó mucho más para el desarrollo de la enfermedad”. Actualmente Ricardo tiene 25 años e ingiere diariamente 100 mg de losartán, medicamento que regula la presión arterial, para mantenerla estable.
Por otro lado el doctor en cardiología de un Centro Medico privado, Hugo Hernández, , menciona la hipertensión arterial alta conlleva al infarto la cual es la principal enfermedad cardiaca mortal a nivel mundial, y se presenta en personas cada vez más jóvenes, a partir de los 20 a 25 años, como consecuencia de factores entre los que destacan la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y la adicción a las drogas.

Señaló que dentro de su experiencia, la mayoría de los pacientes (60%), responden favorablemente a procedimientos de revascularización, es decir, colocación de puentes venosos o cánulas que recuperan una mejor circulación sanguínea, originando un mejor funcionamiento cardiaco; también se colocan marcapasos y dispositivos intracoronarios que posibilitan que el paciente se recupere y en lapso menor a tres semanas, se reintegre a su actividad cotidiana. Añadió que el otro 40%, corresponde a pacientes cuya función cardíaca está muy deteriorada por lo que se requiere una sustitución del corazón realizando un transplante.

Los síntomas de un infarto cardíaco incluyen sensación de opresión en el pecho y falta de aire, acompañados de sudoración, deseos de vomitar y habitualmente dolor torácico que se irradia tanto a la base del cuello como a ambos brazos.

Considera que lo más grave es que seis de cada diez personas que sufren de un infarto, mueren dentro de la primera hora del evento, allí se muestra la importancia de evitar los factores de riesgo ya referidos: obesidad, diabetes, hipertensión, tabaquismo y sedentarismo.

Por otro lado afirmó, que se debe privilegiar la actividad física y una dieta rica en vegetales y frutas, sin olvidar visitas médicas periódicas que incluyan la medición de presión y de azúcar en sangre.

Un estudio reciente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha avisado de la alarmante incidencia de factores de riesgo entre los jóvenes que podrían sufrir un infarto de miocardio prematuro (personas menores de 46 años). Entre estos factores, además de la obesidad, figuran el tabaco y los antecedentes familiares. 

No obstante, según los resultados, el tabaco es el principal responsable, al multiplicar por seis las posibilidades de evento cardiaco prematuro: cerca del 75% de los jóvenes que tienen un infarto son fumadores. Este dato es especialmente trascendental en hombres (90% de los casos),
pero se prevé que en los próximos años tenderá a igualarse entre géneros, debido al aumento del tabaquismo en mujeres.

También la SEC ha advertido de un nuevo factor de riesgo de problemas cardíacos: El uso continuado de ropa demasiado ajustada que impide realizar movimientos de forma natural y que, tras llevarla durante unas cuantas horas, deja marcas en la piel. Parece ser que este tipo de indumentaria dificulta la circulación sanguínea venosa y aumenta el riesgo de edemas. Asimismo, también podría provocar retención de líquidos y de toxinas que favorecen la celulitis y depósitos de grasa en algunas zonas del cuerpo. Por último, señalan que puede dificultar la digestión y obstruir el correcto paso de aire y oxígeno por el cuerpo.

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