lunes, 12 de diciembre de 2016

Microteatro, un nuevo concepto de entender la creación teatral


Por: Demetrio Carrasco y Jane Machado

"Sin butacas, ni escenario, ni telón pero sin perder la esencia del teatro". 

¿Te imaginas poder disfrutar varias obras una misma noche? ¿Pagar $ 5 por ver una representación? ¿Formar parte de la obra que se está presentando? Todo eso es posible gracias a la magia del microteatro, en dónde aquella cuarta pared de la que se habla en el teatro, la barrera imaginaria entre el escenario y el público, se rompe por completo.

El microteatro es un teatro de formato reducido. Se presentan obras de 15 minutos para 15 personas en salas o habitaciones pequeñas de 15 a 20 m2. El espectador llega a sentir las respiraciones de los actores, se siente dentro de la escena, se reduce la distancia con los intérpretes. Se tiene la sensación de estar en el escenario. Los actores en ciertas representaciones requieren cierta complicidad con el espectador.

“Actualmente esta rama de las artes escénicas se encuentra ante un nuevo concepto de entender la creación teatral: atractiva, diferente, cercana e inmediata, sin perder la verdadera esencia del teatro.” Sostiene Carolina Piechestein, actriz y productora guayaquileña. 

El concepto micro

Piechestein explica que el auge se dio luego de la crisis económica del 2009 en España, donde el gobierno eliminó el 50% de la subvención de la cultura y el público se limitó a acudir a este tipo de eventos. “Se limitaron a hacer un teatro que cueste menos con piezas más breves, sin auspiciantes, solo con su trabajo actoral”.
Menciona que esta modalidad, a la que se denominó en España ‘microteatro por dinero’ se convirtió en una tendencia que ahora tiene éxito en México, Miami, Buenos Aires y otras ciudades en América Latina.
Hace hincapié en que no por ser piezas de 15 minutos se debe pensar en la reducción de la calidad, al contario, menciona, son piezas con las que se puede trabajar más profundamente, con un objetivo más concreto en escena que permite dar espacio a la experimentación con el espacio, el sonido y el público.
“Es un experimento único y diferente, creo que en Guayaquil hay un público sediento de cultura y creo que esto tendría que despertar interés al otro tipo de teatro”, enfatiza Piechestein. 

Microteatro en Miraflores 

En el afán de encontrar nuevos caminos para promover la cultura teatral en Guayaquil, el productor guayaquileño Jaime Tamariz apuntó al microteatro e inició el 13 de agosto de 2014 un primer ciclo en las instalaciones de su productora Daemon, en Miraflores.
Desde la espera del espectador hasta el desenlace de las puestas en escena, el concepto se aleja de lo acostumbrado en el teatro convencional. “Esto es un experimento que tiene como característica, además, la independencia y autogestión”, enfatiza Tamariz. 

De esta forma, Tamariz abre las puertas de lo que para él significa “mi casa”. Una flecha amarilla rodeada de luces señala la entrada en el exterior de la vivienda, ubicada atrás de la universidad Casa Grande, con la leyenda “Microteatro Gye”. Un cálido ambiente de camaradería se percibe al subir a lo que se ha improvisado como sala de espera, en donde funciona la oficina de la productora. Algunos visitantes pueden beber y degustar bocadillos mientras esperan de pie o sentados en dos cómodos sillones con cojines a que inicie la función. En el inmueble están adecuadas tres habitaciones, cada una con su respectiva escenografía, iluminación y sonido. 

En esta ocasión la ronda de emociones empieza en el ático. En una pequeña habitación forrada de negro, una sola luz ilumina el rosto indescifrable de Alejandro Fajardo, quien junto a Alejandra Paredes crean la obra basada en hechos reales 'Vis-á-vis', quince minutos que transforman los rostros de los espectadores en gestos de angustia.

Luego, en una habitación un poco más grande, la obra 'Hamlet 101' aborda el profundo conflicto de 'ser o no ser'. Los actores Ricardo Velástegui y Marlon Pantaleón, bajo la dirección de Carlos A. Ycaza, exaltan las facetas psicológicas del personaje central de la célebre tragedia de Shakespeare.
El recorrido teatral termina en un espacio adaptado como comedor. Los espectadores se sientan rodeando la mesa y el actor Marcelo Varas da la bienvenida al monólogo 'Noche de Paz', descrita como "una comedia negra, con crímenes navideños", quince minutos de risas y tensión.
Sin creer que sea necesariamente una fórmula exitosa, Tamariz asegura que es una apuesta para mantenerse y crear nuevos espacios de difusión teatral autogestionadas. “Nuestra idea es tener mayor constancia en la producción, dar espacio a nuevas propuestas que tal vez no tienen oportunidad en otros lugares, dar espacio al experimento”, puntualiza.

Microteatro y más arte en Urdesa 

Se trata del espacio cultural “El Nodo”, palabra urbana que significa punto de encuentro, y que comenzó a funcionar en abril pasado gracias a la iniciativa de un grupo de artistas, arquitectos y colaboradores encabezado por Peter Ronquillo, arquitecto y bailarín profesional, director de este espacio multidisciplinario para artistas independientes.
Adentro, en la sala, presentan sus obras y performances actores, bailarines, fotógrafos y músicos, mientras que en el patio, en un pequeño escenario de madera a tono con el piso, con un bar al aire libre los asistentes disfrutan de música en vivo. La casa de dos plantas está ubicada en las calles Segunda 611, entre Ficus y Las Monjas y enciende sus luces y se llena de movimiento dos viernes al mes, por la noche.

Aunque primero se pensó en un microteatro, Peter dice que no estaba convencido porque cuando iba a esos espacios le faltaba algo, “sentía que no
me podía quedar más tiempo, me quedaba con ganas de conocer gente, de socializar, entonces pensé que el espacio tenía que ser mucho más interdisciplinario, que la gente que viniera tuviera cosas en común, que se ayudaran, porque por ejemplo, el fotógrafo siempre necesita de bailarines y los bailarines del fotógrafo, igual una obra de teatro necesita música y los músicos quieren que se dé a conocer su creación”.

“Los artistas se pueden repetir de un nodo a otro, lo que tratamos es de que haya variedad, que haya obras de teatro, de música, de pintura, fotografía, poesía, danza”. Comenta Jennifer Cabezas, bailarina y directora artística del espacio.
El Nodo también da cabida a los emprendimientos. “No hay de comida, pero hemos tenido de jabones artesanales, champú para perros, zapatillas, carteras, etcétera”, comenta Jennifer, que indica que lo importante es que se dan a conocer y se generan contactos, al igual que los artistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario